lunes, 18 de junio de 2012

CRÍAS 

El celo, que tiene lugar de diciembre a febrero (se adelanta en latitudes más bajas), viene marcado por un período de receptividad de las hembras que dura entre 1 y 6 días, aunque puede llegar hasta 3 semanas. La cópula que tiene lugar en estos días receptivos dura unos 30 minutos.
La gestación dura de 52 a 53 días.
  Hacia marzo o abril, momento en que la hembra da a luz en el interior de una madriguera a la camada.
  Una sola camada al año, en la que nacen de 1 a 8 cachorros, habitualmente de 4 a 6. La presencia de más de ocho cachorros en una misma camada suele deberse a la coincidencia en su interior de más de una camada de hembras diferentes.
 Con cinco meses pesan más de 3 kg y alcanzan la madurez sexual a los 9 ó 10 meses, pudiendo reproducirse en la temporada de cría siguiente a su nacimiento.  La capacidad del zorro para incluir cualquier tipo de alimento en su dieta le permiten adaptarse a una gran diversidad de hábitats. Aunque su dieta también sufre variaciones geográficas de modo que hay gran densidad de zorros cerca de basureros. El zorro se alimenta en gran parte de conejos, y en otoño-invierno suele consumir una gran cantidad de frutos. Considerándose al zorro como un animal omnívoro que se alimenta de insectos, huevos de ave, pollos, crías de diversos mamíferos, liebres, aves de hasta el tamaño de un ganso, desechos de origen humano, aunque en poblaciones naturales sobre todo se alimenta de ratones, conejos (en el sur), bayas y frutos, de los que las uvas son su favoritos. Los requerimientos alimenticios del zorro se estiman en unos 400 g. al día. El zorro está presente en toda la superficie de la Península Ibérica, pero no vive en las Islas Baleares y Canarias. Su hábitat son principalmente las zonas boscosas, aunque también abunda en regiones abiertas e, incluso, en las proximidades de asentamientos humanos y basureros periurbanos, de los que se alimenta. 

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